" Cuando uno sabe a dónde va nada puede interponerse entre su visión y su acción "



viernes, 16 de diciembre de 2016

HILARY – DONALD





Hace un   poco más de un mes fui parte del grupo argentino que viajó a Washington como OBSERVADORA internacional de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Quiero tratar de reflejar lo que significó esto para mí. No sé si podré, porque muchas sensaciones son indescriptibles, intransferibles.
Dicen que la verdadera USA está en su costa Este, esa donde está la Capital y, en línea hacia el norte, las grandes Filadelfia, Nueva York y Boston.
Tuve, antes, la suerte de estar en “el otro lado”, en California, en ocasión de otro viaje de estudios y participación al seminario "Las Mujeres de la Pobreza  al  Poder " 2010, de modo que puedo comparar. Son ciertas las diferencias. Sobre el Atlántico todo es “más puro”, “más inglés”. Y más racista.
La presencia latina es menor, con lo que ello significa para una visitante argentina. No sólo por el idioma (con el que me defendí bien) sino por la ausencia de esas maneras que tenemos.
Pero bueno, la experiencia fue enriquecedora también por esa “dificultad”.
 Palpar el clima, en el lugar, fue fantástico. Todo nuevo y distinto. Fresco y agradable otoño-
El voto no es obligatorio y esto, por sí sólo, marca diferencias con lo que conocemos.
No hay compromisos (aparentes, al menos) en la gente, aunque cuando se los interroga confiesan sus diferencias. Pero, igual, no votan muchos.
Creo que están acostumbrados a que el “barco” siga su rumbo más allá de quién esté en el timón. Aquellas predilecciones son, apenas, matices. El trazo grueso es el mismo. Para ellos lo importante es “que la cosa funcione”.
 Sin embargo esta vez,( y fui testigo ),  a algo parecido al estupor  que se instaló cuando se supo que Donald Trump había ganado.
Lo subestimaron y no se perdonan no haber hecho “el esfuerzo” de ir a votar. Lo pude ver esa noche sentada en el cordón de la vereda de la CASA BLANCA.Otros... festejaban.
De pronto, se dieron cuenta de que los va a gobernar un inescrupuloso empresario, machista, misógino y racista que, además, no tiene la menor idea de lo que es administrar algo que es de todos. Sabe mandar (en sus empresas), que no es lo mismo.
 Se me hizo necesario comparar aquello con lo que nos pasa: hace un año que estamos en manos de un Donald,  que, como un mago, hizo desaparecer el “estado de bienestar” que la mayoría de los argentinos había conseguido. No me equivoco al decir mayoría: muchos más que el 49% están peor que en 2015.
Luego de esta digresión tan criolla como inevitable, vuelvo a los Estados Unidos para decir que la experiencia fue enriquecedora e inolvidable. Conocí mucha gente, además de lugares extraordinarios y famosos.
 Si hasta ví, cómo legalmente, se pueden perder las elecciones presidenciales del país más importante del mundo habiendo obtenido 2 millones de votos más que el elegido…
 
MP, diciembre de 2016 

miércoles, 16 de noviembre de 2016

PASIONAL

Es increíble que medios y periodistas sigan llamando “pasionales” a los asesinatos de mujeres. Con toda la información sobre género y sus cuestiones que ha habido en los últimos años (que son muchos, en realidad), no se puede creer.
 
Ella (la información) incluyó desde esclarecimiento hasta vocabulario preciso. Es decir, en esos tiempos se aclararon conceptos equivocados por décadas y se comenzó a llamar a las cosas por sus verdaderos nombres. 
Se supone que quienes tienen en sus manos a poderosos medios de comunicación tienen, también, un mínimo de inteligencia como para comprender estas cosas que digo.
 
De manera que, cuando hoy leo o escucho “hecho pasional”, descarto la ignorancia de quien escribe o publica. Sí sospecho de sus intenciones. 
Me queda la sensación de que intentan justificar (de algún modo) al femicidio disfrazándolo de “acción incontrolable por la emoción del momento” que se produce por despecho o sólo por celos. 
 
Veo, “entrelíneas”, una especie de contra-militancia de #NIUNAMENOS.
Noto la resistencia al cambio. Advierto que la fortísima impronta patriarcal sigue intacta, a pesar de los avances.
Hay medios escritos, radiales y televisivos que aportan confusión en un tema que, de por sí, es difícil comprender definitivamente por ser “cultural”. 
 
Pero vamos a seguir, aún con estos  brotes de violencia. Vamos a hacerlo sabedoras/es de que una cultura se tapa con otra y que, la destrucción de una para que la nueva se instale lleva tiempo. 
 
Vamos a tomarnos el que sea necesario. 
 
Marcela Pastore, 14 de noviembre

martes, 4 de octubre de 2016

l POR MITADES

Aquí vamos, cargadas de entusiasmo, las mujeres.
Rebosantes de satisfacción por ser parte del agregado de un nuevo eslabón a la cadena de la búsqueda de la igualdad que empezó hace tantos años.
Porque, en honor a la verdad y hablando sólo de logros cristalizados en este sentido, esto empezó con la conquista del voto femenino.
Aquello fue lograr (confieso que da un poco de vergüenza decirlo, con crudeza) que se nos considerara seres pensantes, con capacidad de decidir según nuestro propio entender.
Es que hasta 1947, cuando fue aprobado nuestro derecho a votar fuimos, legal y formalmente, ciudadanas de una categoría inferior a los varones.
Seferina del Carmen Rodríguez, salteña (“todavía no somos la mitad” se quejó en un reportaje en 2002) y Ester Mercedes Fadul, fueguina, fueron dos de las primeras 26 Diputadas Nacionales electas en 1952. El gran precedente. Vaya en ellas mi recuerdo a todas.
No tuvimos avances hasta 1991, en que se aprobó la Ley 24012, de “Cupo Femenino”. Ella estableció que el 33% de las bancas, en todos los niveles, fueran ocupadas por mujeres.                                                                           De todos modos esto fue tomado por muchas  como un hecho discriminatorio al fin: “¿por qué razón sólo un tercio y no la mitad?” fue una pregunta que no tuvo respuestas razonables.
Finalmente, le dimos una mirada positiva a la conquista: habíamos dado un paso importante y no dudábamos de que el tránsito no se acababa ese día.
Aprovechamos bien la oportunidad. Nos mostramos e hicimos ver con claridad que la desigualdad es absolutamente improcedente. Muchas mujeres brillaron en sus bancas y, una de ellas, saltó desde la suya a la Presidencia de la Nación sólo con su capacidad como arma.
Hoy estamos en la puerta del ansiado reparto por mitades. El premio al esfuerzo y a la persistencia está a punto de llegar. Será otro escalón en este largo recorrido en busca de la igualdad.
Pero no el final, espero.
Imagino el día en que ganen los y las mejores, sin cupos determinados, con la capacidad personal como único elemento que lo determine.                  
Entonces no importará si hay más varones o mujeres. Porque estará establecido, para siempre, que somos iguales.
4 de octubre

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Marcela Pastore

jueves, 11 de agosto de 2016

UN PACTO PARA MENTIR

Resulta que Gustavo Cordera se despachó diciendo que “algunas mujeres merecen ser violadas para que dejen de ser histéricas, para que aprendan a c…., para que empiecen a disfrutar del sexo”.


“Sí… La verdad que fuera de contexto suena terrible… Metí la pata… Yo no soy así…”─Quiso excusarse, dándose cuenta de que no puede.
Cuál contexto? En qué contenido tiene lugar esto que no hay modo calificar?
Si este referente “progre” de la música nacional, de la cultura popular dice esto. Si este hombre instruido, padre de dos hijas mujeres, se muestra así de básico, de retrasado, no parece que podamos tener muchas esperanzas.
Estoy incrédula. Me engañó, Cordera. Me mintió mucho tiempo.
Quién va a querer hacer con él, ahora, “un pacto para vivir”?
En honor a la verdad quería escribir algo referido a la participación de las mujeres en los Juegos Olímpicos. A la alegría de la mayor muestra de diversidad cultural que, a través del deporte, se produce cada cuatro años.
Quería contar alguna historia detrás de los triunfos y de las derrotas de las mujeres deportistas de todo el mundo.
Quería comentar la frescura de esa chica que le pidió matrimonio a otra en medio de su premiación y la naturalidad con que fue observado lo que, hasta no hace mucho, era impensable.
Aspiraba a hablar de Las Leonas, de las rugbiers y las futbolistas. De las atletas.
Quería homenajear a la “Peque” Peretto que, en su tercer Juego Olímpico, trajo la primera medalla de oro que consigue una mujer argentina.
Pero apareció este tipo tan respetado, tan querido hasta ayer y definitivamente denostado desde hoy y para siempre.
Marcela Pastore 10/8/16

martes, 26 de julio de 2016

SI EVITA VIVIERA

No es la primera vez que en un aniversario de la muerte de Eva, me hago esta pregunta.
En nuestra agitada historia de los años en que tuve uso de razón, hubo muchos 26 de julio atravesados por avatares que han ido desde la dificultad hasta la tragedia.
En muchas de esas fechas me he preguntado “¿qué habría pasado hoy si Evita estuviera viva?”
 
Hoy, después de 13 años, apenas en el inicio de una era que será recordará como infeliz y desdichada por la mayoría, otra vez el interrogante se pone delante de mí.
¿Qué pasaría si Evita viviera?
 
Es inevitable que dirija a mi imaginación. Es ineludible seguir su discurso agigantado por el tiempo.
Es imposible para quien “la ha leído” tanto pensar que, con ella entre nosotros, no veríamos los atropellos que sufren sus protegidos de siempre. No padecerían, sus queridos pobres, el resultado de ese resentimiento incontrolado, irracional.
No habría lágrimas: consolaría a cada uno.
Sí estaría, no obstante, la dignidad multiplicada del que resiste.
 
Y la certeza del triunfo final.
Marcela Pastore 26 de julio 2016

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Marcela Pastore

domingo, 29 de mayo de 2016

Fundación Fudeso


Nunca hemos publicado nada acerca de la cantidad de consultas que nos llegan. Siempre fueron referidas a los temas a los que hace tantos años nos dedicamos: las cuestiones de género en general y la violencia contra las mujeres en particular. Invariablemente han sido relatos personales, privados, que no admiten que sean dados a publicidad.
Sin embargo, durante el último mes, los llamados tuvieron un cariz llamativamente distinto. La mayoría de ellos dan cuenta de crisis recientes en las familias. Depresiones repentinas, desequilibrios emocionales y relacionales sin antecedentes, comportamientos agresivos.
Coincidentemente, en el 90% de los relatos hay un nuevo componente: uno o más miembros del grupo familiar ha perdido su trabajo en lo que va del año.
Parece lógico. Sin trabajo, mujeres y varones no sólo pierden seguridad económica. Cae la autoestima y se sienten desvalorizados en una sociedad que aparece cada vez más indiferente. Instalada esta situación pueden producirse comportamientos inexistentes antes, como son las referidas depresión y agresión, dando lugar a verdaderos descalabros en el ceno de las familias.
Este es un testimonio de lo que se ve a diario últimamente y que, con angustia, publicamos. 
Sin trabajo no hay educación, salud, independencia, humor, ocio (del que repone energías para seguir, no del que degrada al desocupado).
Sin trabajo no hay esperanzas, ni sueños, ni futuro.
Alguien nos está robando lo mejor de nosotros. Si esto fuera sistemático y pensado, sería mucho más que un retroceso. Sería transformar a una pobreza digna y con aspiraciones en la peor miseria.Marcela Pastore 29/5/16
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miércoles, 25 de mayo de 2016

Es otro 25

Hay fiestas patrias y efemérides. Están el fantástico recuerdo del Bicentenario y esta fecha que hoy nos dice que la Nación cumple 206 años.

Confieso que este año, si bien viviré con el gran respeto de siempre el aniversario, con el reconocimiento habitual a las mujeres y a los hombres que protagonizaron la gesta del 25 de Mayo de 1810, no tengo ánimo para el festejo.

No puedo poner “en pausa” el dolor de ver a tantos argentin@s que han sido despojados de sus trabajos. No puedo esquivar la realidad que nos está atravesando. No puedo festejar este cumpleaños de la Patria.

Estoy orgullosa de mi argentinidad, me honra como siempre. Sólo que, esta vez, no voy a estar alegre. Hay demasiados compatriotas que la están pasando mal injustamente como para estarlo.

¡Viva la Patria!

Marcela Pastore, Mayo de 2016

domingo, 17 de abril de 2016

LES VOY A CONTAR.

Ustedes saben que la militancia y la preocupación por los otr@s hacen que salga, casi todas las semanas, a recorrer barrios y a visitar vecinos, amigos, y parientes. Siempre estoy atenta, conversando, compartiendo.
Hoy, como hace mucho no me pasaba, escuché puteadas dirigidas a los gobernantes que eligieron.
Nos están poniendo en una fea posición: ¡Pobres contra futuros pobres!
El sábado, salí a caminar, a la mañana, por el centro comercial de mi barrio. Paisaje: Autos estacionados, algún colectivo yendo o viniendo, bicicletas rodandounas, atadas en los porta bicis en las veredas, otras. Entré a varias casas de ropa femenina. Las vendedoras, con rostros angustiados, mirando el horizonte, casi sin alterarse porque alguien estaba entrando. Más de una se refugiaba en su “telefonito”.
Me quedé más tiempo con una de ellas. No paraba de hablar. Fue un monólogo desesperado de 15 o 20 minutos. Estaba entre el desconcierto y la resignación: “ahora hay que esperar cuatro años” decía y repetía.
Me contó cómo había hablado con sus parientes, hermanos, cuñados, sobrinos de entre 18 y 40 años. Me dijo de su impotencia porque “no les entran las balas”, a pesar de sus dichos, que eran ejemplos vividos. Los interpeló: “¿no te acordás de que a los abuelos no les alcanzaba la jubilación más que hasta el 5? y que, vos y yo (hablaba con su hermana), les comprábamos los remedios?” “¿Y de las viandas que les llevaba mamá?” ¿“Se olvidaron (ahora de dirigía a sus sobrinos) que las jóvenes abuelas de ustedes van a c obrar en remisse?” ¿”Que compraban algún dólar con un restito y hasta les regalaba un pesito a ustedes?” “Si hasta hacían algún viajecito por la Argentina y, algunos, conocieron el exterior gracias a que alguien, por una vez, pensó en los viejos”
“Por primera vez el aire acondicionado no fue sólo de los otros”.
“Resulta que ahora, desfachatados, nos quieren enseñar a no usarlo, a vivir sin comer carne… a eliminar una lista interminable de cosas que eran nuestras. Dejame…”
Pensé en cuántos dirigentes hay en los barrios que no están adentro de una UB, ni en los diarios, ni en los mítines. Están ahí, viviendo la realidad y cantándote “la justa”. Son expert@s "ministros de economía".
Salí de ahí y fui al súper. Entré y pensé que había paro. No había nadie, ni un cliente. ¡Eran las 11 de la matina!
Las cajeras reunidas, conversando.
No es la primera vez que veo esto en estos dos últimos dos meses.
Volví y la señora que trabaja en casa (que aguanta conmigo porque no puedo aumentar su sueldo ya que aquí también, desde hace tres meses, falta un sueldo de los dos que teníamos) me contó otra situación.
Con su hija, entró en una panadería a comprar tres facturas para el viaje hasta el cole y el panadero le dijo: "¿no se ofende si le regalo bizcochos y pan? Ya no vendo lo que solía... y ni hablar de mi proyecto de expandirme haciendo empanadas y demás."
Ya a mediodía, me disponía a sentarme a la mesa a compartir el almuerzo con mis hijos, cuando sonó el timbre. Dos hermanos de 9 y 4 años pedían algo para comer…
No comí, no pude…
Marcela Pasore-17 de abril, 2016

martes, 5 de abril de 2016

EN QUÉ ESTOY PENSANDO

 Cada vez que aparece un nuevo femicidio, con la indignación llegan las preguntas. Junto a la desesperación se me presentan los cuestionamientos.
 
Por qué no hay resultados, con todo lo que hacemos? 
Qué pasa, que a pesar de todo hay “una menos” cada día?
Sirven las charlas, los seminarios que organizamos para prevenir los crímenes?
Cómo hago para evitar mi propio desaliento y el de quienes me acompañan en la lucha?
 Atenuada la conmoción del momento y racionalizada la situación, los interrogantes son otros.
 Crecieron los femicidios después de la concentración de “ni una menos”?
 No será que la noticia, que luego de ser dada y repetida hasta el hartazgo para saciar al morbo comprador, hace que “nos parezca” que mataron  a muchas más mujeres que a la de la crónica?
 No se crea una sensación, de este modo, de que el número de asesinatos se agranda hasta el infinito?
 Pienso, entonces.
Es imposible saber cuántos femicidios no se han cometido gracias a las charlas y a los seminarios. De esto no se han enterado ni las que en otro tiempo, a lo mejor, hubieran sido víctimas seguras.
 Por cuánto deberíamos multiplicar estas muertes si no trabajáramos como lo hacemos?
Son datos que, lógicamente, no existen.
 No intento minimizar, obviamente, la brutalidad. Digo con ustedes: #NI UNA MENOS.
Tampoco,  intento resaltar el trabajo de aquellas personas que hacen cada día una acción, para evitarlo. Ellas no esperan reconocimientos especiales.
Son militantes y, como tales, son entrega pura.
 Sí aseguro que el esfuerzo no es en vano y que no flaqueará aunque a veces, como humanos que somos,  nos llenemos de dudas.
 Finalmente, la convicción vence: esta es nuestra tarea, seguir adelante con la bandera “ni una menos”.
De todos modos, se supone que luego de enterarme de cada crimen debería proponer alguna acción para, si no revertir, al menos paliar esta “actualidad” de tantos años.
 Creo que desde todos los lugares desde donde se lleva adelante esta lucha tan desigual, tan despareja, hemos sugerido todo, o casi todo.
 Me pregunto si, comprobada la falta de respuesta de las autoridades, vale la pena insistir con el método.
 Esta vez, me niego a quedarme en la declamación de las posibles soluciones conocidas.
 Está claro que el fiel de esta balanza se tuerce con un justo presupuesto para abastecer el funcionamiento de una inmensa maquinaria que integran  administrativos, operadores y profesionales de todas las disciplinas imaginables.      
Tan claro como que quienes deben tomar la decisión de aportarlo lo saben.
Tanto como que, de todos modos, eligen invertir en otras actividades, cosa que no juzgo, por supuesto.
Pero es escaso el dinero  asignado. Es claro que falta. 

Me resulta difícil imaginar algo más importante que evitar la muerte de personas a manos de otras personas por cuestiones de género.

Hay referentes indiscutibles que avalan lo que sostengo. Marcela Lagarde es una de ellos.
 Ella es una de las académicas feministas más reconocidas de México. Etnóloga y Doctora en Antropología, trascendió las fronteras de su país.  
En 2007, en una visita a la Argentina, dijo cosas de lamentable vigencia.
 “El feminicidio es la expresión más cruenta de la violencia de género”.
“Es un problema de la convivencia de género”.
“Donde hay crímenes hay otras formas de violencia contra las mujeres que están presentes en la vida social de forma constante y tolerada socialmente”.
 En aquel año, en su país, el 65 por ciento de las niñas y mujeres asesinadas habían presentado denuncias de violencia.
“En México, usando el poder que tenía como diputada, convoqué a las autoridades judiciales para explicarles qué pasaba en el país: Fue la primera vez que tuvimos resultados de todo México”. “Investigué desde 1998 hasta 2004”

“El patrón común es que las causas son de violencia de género y no porque  haya mafias detrás de las muertes...”
“No creo en la hipótesis de que alguien ajeno asesina mujeres, alguien perverso o con un cuadro psiquiátrico”.
“Hay excepciones, pero los asesinos son hombres comunes, la mayor parte conocidos de las víctimas, parientes, esposos, novios, ex esposos, padres, hermanos, vecinos, amistades familiares, o compañeros de trabajo o escuela… …Algunas mujeres han sido víctimas de las mafias, pero son un porcentaje chiquitito…”

“La discriminación contra las mujeres que prevalece en nuestros países va acompañada por una gran desvalorización de las mujeres, cosa que escuchamos pero ya ni oímos: se hacen chistes y comentarios sobre la incapacidad de las mujeres, luego se toman algunas mujeres para cebarse sobre ellas, y con eso se alimenta la misoginia contra todas. Pero no es sólo la misoginia, sino el lugar de colocación de las mujeres en la sociedad lo que se junta con la misoginia y hace que las mujeres estén en riesgo de recibir violencia. Incluso se acepta que haya un grado de violencia conyugal. Se habla de los pleitos conyugales, “se pelearon”, se dice, pero no se analiza que hay una desigualdad entre quienes se pelearon, que hay una relación de género, que hay un poder. A los hombres además se les permite ser violentos, en rangos y grados distintos. Las masculinidades prevalecientes todavía están cargadas de violencia, que tiene que demostrarse a través de los deportes, las competencias rudas, la política y ya en el ámbito de la delincuencia, a través de los delitos. En todo este cuadro complejo de convivencia entre los géneros es donde se gesta la violencia sobre todo de hombres contra mujeres. Eso también lo confirmamos: la mayor parte de los crímenes son cometidos por hombres”

“Es muy probable que si se investiga del mismo modo en Argentina, se encuentren cosas como las que yo encontré. Para mí era inaudito pensar que en algunos estados que en México son considerados paraísos maravillosos de calma y paz era donde más crímenes contra mujeres se cometían”.

(Fuente: Página12, 2007, María Carbajal)

Alguien puede decir que este drama puede seguir esperando?
 Esto es como pretender enfrentar a Al Capone y a su mafia con un “Tramontina”… Qué quieren que les diga…

Marcela Pastore, 4 de abril de 2016




martes, 15 de marzo de 2016

TRES MESES DE AUSENCIA.

Más allá de la reproducción de un reportaje que me hicieron el domingo pasado, llevo más de tres meses de “ausencia” en mi propio blog.
Mi última publicación: “A un mes, mi primer balance”, cuenta mi visión de entonces, optimista aún en la derrota.
 
Creo que lo que vino después de aquella primera semana ha sido el motivo de mi “toma de distancia”.
Vi (veo), con desazón, que vamos por el camino que, si no “enderezamos”, puede llevarnos a donde la mayoría no quiere.
 
En este poco tiempo pos-10/12/15, se nos ve divididos.
 
La increíble deserción de ¿compañeros? que, así, dividieron nuestro bloque de diputados nacionales, la traición abierta de gobernadores desmemoriados que hasta ayer, eran “ultra”, por citar algunos casos que 
 hicieron estragos en el ánimo de la militancia.
 Yo soy parte de ella.

 

Antes, nunca nadie nos explicó nada. Jamás nos llamaron al debate serio que el peronismo necesita. No nos convocaron a resolver nuestros problemas de identidad.
Peronismo o kirchnerismo sigue presentándose como opción que excluye.
 
Salvo para quienes no hayan crecido al ritmo de los indudables  resultados que mostraron doce años de gobiernos peronistas conducidos por kirchneristas, o para aquellos que esconden otras intenciones que incluyen complot con los enemigos, resulta imposible insistir con la cantinela separatista.

Yo soy peronista, que a nadie le quepan dudas. Pero  reconocer que dos personas que llevan un mismo apellido,  condujeron los gobiernos más peronistas que yo vi, es obvio , decir "kirchnerismo".
A alguien se le ocurrió que el “cafierismo” aspiraba a reemplazar al peronismo?
Me parece de muy fácil comprensión.
Lo cierto es que, desde la derrota, nos desangramos sin darnos cuenta o peor, parecería, sin que nos importe.
 
Que yo diga todo esto no tendrá el peso ni la trascendencia que le daría la firma de un/una dirigente encumbrado y comprometido.
Sucede que es@s compañer@s no aparecen.
Sepan que se l@s espera ansiosamente. La expectativa de la militancia peronista, como está acostumbrada, está centrada en recibir instrucciones que lleguen orgánicamente. No han llegado, todavía.