" Cuando uno sabe a dónde va nada puede interponerse entre su visión y su acción "



sábado, 26 de mayo de 2012

Nuevos escenarios familiares


Por Stella Lancuba* (Para P 12)


El anteproyecto de reforma del Código Civil en la Argentina replantea el debate vinculado con el uso de la fertilización asistida, ya que estas nuevas tecnologías modifican conceptos como el inicio de la vida, la filiación y los derechos sucesorios como, por ejemplo, ocurre con la ovodonación, la donación de espermatozoides o el alquiler de útero. También se plantean
nuevos dilemas éticos como cuándo se inicia la vida, la veracidad de la información al niño, la revelación y la protección de la identidad.
La experiencia en nuestro país ha demostrado que ya sea por estar frente a una temática específica y compleja, con un ejercicio de más de veinte años de debate legislativo, todavía no ha sido posible lograr consensos entre legisladores, pacientes (los consumidores), científicos, academias, otros individuos y sociedades científicas. El debate ya existió y fue ineficiente.
Un potencial logro de futuros beneficios para la salud humana podría correr serios riesgos si el avance científico se viera amenazado por un tratamiento sesgado y superficial de estas temáticas en la discusión sobre la reforma al Código Civil.
Por eso, considero que en la Argentina debería crearse un ámbito específico, mediado por comités de expertos y profesionales idóneos, que puedan generar un espacio normativo para la promulgación de leyes relacionadas con la salud reproductiva. En el siglo XXI es probable que ese marco pueda generarse en el área de Ciencia y Tecnología, de cara al futuro. Ya es hora.
Hemos debatido el tema durante más de veinte años.


* Médica especialista en fertilidad. Directora del Centro de Investigaciones en Medicina
Reproductiva (Cimer).




lunes, 14 de mayo de 2012

Transformación


La sensación de transformación, esa que da la idea del paso a la modernidad, no se da con cualquier cambio.
Son indiscutibles los avances logrados en los más diversos temas en estos años de gobiernos peronistas, como acumular 5 millones de nuevos puestos de trabajo o la construcción de tantas escuelas. Sin embargo, hay cosas para destacar.
Inclusión es la gran palabra. Lo es por su significado y por el amplísimo espectro que ha abarcado.
La Ley de muerte digna, por citar lo más reciente, es la demostración de lo que hemos crecido como sociedad. Es haber logrado que la elaboración, la inteligencia, el sentido común le ganen a todos los prejuicios y a algunas cosas peores.
Las legislaciones sobre el matrimonio igualitario, las adopciones, la cobertura por las mutuales de las gestaciones asistidas (con Buenos Aires liderando), el derecho a la identidad, tuvieron el mismo sentido.
Vendrán, necesariamente, los tratamientos de otros temas. Tantos como las realidades que existen: aborto, drogas, libertad de culto.
Este “grupo” de definiciones ya manifestadas o por declarar, es lo que me produce el efecto de la impresión de esa transformación.
Es cambiar profundamente. Es evolucionar sin pudores ni prejuicios.
Marcela Pastore, 14 de mayo de 2012

domingo, 6 de mayo de 2012

¿Qué elegimos mirar? ¿El medio vaso lleno o el medio vacio?


Hay mucho para decir sobre la participación de las mujeres en los espacios de toma de decisiones.
En primer lugar, me parece que la participación de las mujeres en cargos directivos es un derecho que no admite discusión. Hay un aporte que la sociedad toda ha generado para esto. Porque la intervención femenina es garantía del pleno ejercicio ciudadano. Fortalece a la Democracia y a las Instituciones.

Se reconocen y celebran los avances que las mujeres hemos logrado (Cristina, Dilma, son modelos emblemáticos) en Latinoamérica, demostrando máxima competencia en la conducción. Sin embargo, a nadie se le escapa, al observar “la foto”, que son muchas menos las que los que ocupan esos espacios.

Sé de la existencia de lugares que trabajan denodadamente en la formación de cuadros femeninos capaces de dirigir. Es el camino, sin dudas, hay que seguir en él.
Pero no nos conformamos con acceder a los estratos medios. Podemos, sin más ni menos esfuerzo que nadie, pretender las cúspides de las organizaciones.

En realidad, yo querría que dejaran de medirnos con los varones. El 20% alcanzado ya permite hablar de personas, independientemente de los géneros que tengamos. Y que Cristina Fernández esté en el sitio más alto del poder es (como decía), el gran ejemplo de que cualquier comparación entre los géneros ya no tiene sustento.

Las mujeres, como los varones, debemos ser calibradas sólo por nuestros actos y capacidades. Es cosa instalada, a pesar de los que resistan.

De una vez, aceptemos que somos seres humanos diferenciados, solamente, por nuestros atributos de género. Admitamos que lo único mensurable debe ser la aptitud que cada quien demuestre tener.