" Cuando uno sabe a dónde va nada puede interponerse entre su visión y su acción "



martes, 11 de junio de 2013

Ingenuidad ..

"Existe una increíble ingenuidad en algunos medios,
gubernamentales y no gubernamentales, sobre el verdadero papel de la industria del sexo y sobre las actuales campañas de ligitimización de la prostitución como trabajo. Desconocen completamente que existe un grupo de presión organizado (...), que cobra por promover la idea de que la prostitución es un trabjo digno y debe ser regularizado."JANICE RAIMOND.
Leemos tratados, asistimos aconferencias. Escuchamos que la
prostitución es una forma
cruel de violencia hacia las mujeres, que es un fenómeno transnacional
y globalizado con actores de distinas esferas sociales. Mujeres,
niñas/os, adolescentes son traficados, vendidos, abusados y utilizados
en la prostitución como objetos de comercio.
Sabiendo que los consumidores, prostituyentes y proxenetas son varones en su
mayoria, claramente este es un fenómeno de género, de violencia de género.
Comercio ilegal de cuerpos humanos, abusos, golpes, torturas,
amenazas, subestimación, estigmatización, son consecuencias
desvastadoras de  la salud física, psíquica y social de estas mujeres/
niñas.
Ellas son mujeres que viven (o sobreviven) en las desigualdades, la
falta de oportunidades, las carencias afectivas, las exclusiones
educativa y social, marginadas.
Es cierto que debemos considerar que no todas las mujeres son excluidas, ya que
a las formas tradicionales del ejercicio, se han agregado otras maneras
vinculadas a las nuevas tecnologìas, como internet, la tv, los
teléfonos celulares con lineas eróticas, oferta de servicios en
hoteles o casas particulares. Las víctimas de estas modalidades no
pueden ser consideradas como excluidas, en términos sociales.
Los consumidores son actores invisibles, pero con gran responsabilidad
y protagonismo en esta cadena de consumo ilegal .
No hay conclusiones certeras de por qué hoy una mujer ejerce la
prostitución. Sí es evidente el camino de imperfectas posiblidades,
circunstancias y elecciones obligadas, que, en más o  en menos, hacen a
que llege a ser prostituida.
Hay algo seguro, nadie se prostituye por placer.
Puede decirse que las
mujeres son las figuras estelares en este espectáculo tan patético.
Pero también hay otros actores que son de reparto pero con papeles
trascendentes: proxenetas ocultos y clientes a la vista.
Cada noche, una jovencita de futuro promisorio da sus primeros pasos
en la escena.
La escenografía es lúgubre en particular y miserable en general.
Y el gran público, la sociedad, mira para otro lado… O, simplemente,
condena a la primera actriz.
Abordar este tema con aspiraciones de cambio, es difícil. Requeriría,
además de un Estado decidido y capaz de diseñar la ingeniería que hace
falta (no sólo para desbaratar sino para lo que sigue), de
instituciones de peso que acompañen.
La Iglesia debería ser una de ellas pero, cómo esperarlo si se opone a
algo básico como la instrucción sexual en las escuelas.
El sinceramiento es fundamental. Dejar de tener expectativas en
quienes no ofrecen nada, también.
Hay que ser pertinaz en las CAMPAÑAS DE DIFUSIÓN, en CHARLAS, en
TALLERES DE SENSIBILIZACIÓN, en ACCIONES AMPARADAS EN LA LEY DE
PROSTÍBULO CERO.
Persistentes en las exigencias: PENAS PARA EXPLOTADORES,
CONCIENTIZACIÓN DE LOS CLIENTES, COMPROMISO DE LA SOCIEDAD,
OPORTUNIDAD DE EDUCACIÒN Y EMPLEO .

Todas son cosas que atenuarían este DENIGRANTE EJERCICIO, apuntando a
su ANIQUILACIÓN definitiva.


Marcela Pastore