" Cuando uno sabe a dónde va nada puede interponerse entre su visión y su acción "



jueves, 2 de agosto de 2012

La Resolución 1325 de la ONU



            

  

En el año 2000, las Naciones Unidas dictaron la Resolución Nº 1325. 

En su texto se exige la inclusión de las mujeres en todas las negociaciones de paz. Y se las llama a que se involucren en los procesos de lucha por conseguirla.

Trato de bajar esto al mundo que me rodea y veo que la analogía es posible.

Nunca, como hoy, las mujeres nos hemos involucrado tanto y, por consiguiente, jamás estuvimos incluidas en la toma de decisiones como ahora.

Es cierto que jamás una mujer fue Secretaria General de las Naciones Unidas. Tanto como que sí las hay Jefas de Estado, Ministras y Embajadoras.
O verdadero como que en la estructura de poder del Ministerio al que pertenezco somos varias las mujeres.

Me parece que el “Sin Mujeres no hay Paz” que produjo aquella resolución histórica puede proyectarse sin límites: “Sin Mujeres no hay nada”.

Las designaciones en los cargos deben crecer, o no, según sean las capacidades de las pretendientes. No puede haber otra unidad de medida en la evaluación. Esto ya sucede y deberá consolidarse sin que nos distraigamos.

Un día, la Nº 1 de la Organización de las Naciones Unidas, será mujer porque no habrá nadie más capaz que ella. Como una vez, un negro se instaló en La Casa Blanca, cosa que los prejuicios habían hecho impensable hasta entonces.

Termino relacionando, otra vez: Tres años después de que la R 1325 se votara, en Argentina, la palabra inclusión llegó para i
nstalarse como la más importante y la de mayor significado de la década.

Marcela Pastore, 2 de agosto de 2012