
Confieso que este año, si bien viviré con el gran respeto de siempre el aniversario, con el reconocimiento habitual a las mujeres y a los hombres que protagonizaron la gesta del 25 de Mayo de 1810, no tengo ánimo para el festejo.
No puedo poner “en pausa” el dolor de ver a tantos argentin@s que han sido despojados de sus trabajos. No puedo esquivar la realidad que nos está atravesando. No puedo festejar este cumpleaños de la Patria.
Estoy orgullosa de mi argentinidad, me honra como siempre. Sólo que, esta vez, no voy a estar alegre. Hay demasiados compatriotas que la están pasando mal injustamente como para estarlo.
¡Viva la Patria!
Marcela Pastore, Mayo de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario