" Cuando uno sabe a dónde va nada puede interponerse entre su visión y su acción "



domingo, 17 de abril de 2016

LES VOY A CONTAR.

Ustedes saben que la militancia y la preocupación por los otr@s hacen que salga, casi todas las semanas, a recorrer barrios y a visitar vecinos, amigos, y parientes. Siempre estoy atenta, conversando, compartiendo.
Hoy, como hace mucho no me pasaba, escuché puteadas dirigidas a los gobernantes que eligieron.
Nos están poniendo en una fea posición: ¡Pobres contra futuros pobres!
El sábado, salí a caminar, a la mañana, por el centro comercial de mi barrio. Paisaje: Autos estacionados, algún colectivo yendo o viniendo, bicicletas rodandounas, atadas en los porta bicis en las veredas, otras. Entré a varias casas de ropa femenina. Las vendedoras, con rostros angustiados, mirando el horizonte, casi sin alterarse porque alguien estaba entrando. Más de una se refugiaba en su “telefonito”.
Me quedé más tiempo con una de ellas. No paraba de hablar. Fue un monólogo desesperado de 15 o 20 minutos. Estaba entre el desconcierto y la resignación: “ahora hay que esperar cuatro años” decía y repetía.
Me contó cómo había hablado con sus parientes, hermanos, cuñados, sobrinos de entre 18 y 40 años. Me dijo de su impotencia porque “no les entran las balas”, a pesar de sus dichos, que eran ejemplos vividos. Los interpeló: “¿no te acordás de que a los abuelos no les alcanzaba la jubilación más que hasta el 5? y que, vos y yo (hablaba con su hermana), les comprábamos los remedios?” “¿Y de las viandas que les llevaba mamá?” ¿“Se olvidaron (ahora de dirigía a sus sobrinos) que las jóvenes abuelas de ustedes van a c obrar en remisse?” ¿”Que compraban algún dólar con un restito y hasta les regalaba un pesito a ustedes?” “Si hasta hacían algún viajecito por la Argentina y, algunos, conocieron el exterior gracias a que alguien, por una vez, pensó en los viejos”
“Por primera vez el aire acondicionado no fue sólo de los otros”.
“Resulta que ahora, desfachatados, nos quieren enseñar a no usarlo, a vivir sin comer carne… a eliminar una lista interminable de cosas que eran nuestras. Dejame…”
Pensé en cuántos dirigentes hay en los barrios que no están adentro de una UB, ni en los diarios, ni en los mítines. Están ahí, viviendo la realidad y cantándote “la justa”. Son expert@s "ministros de economía".
Salí de ahí y fui al súper. Entré y pensé que había paro. No había nadie, ni un cliente. ¡Eran las 11 de la matina!
Las cajeras reunidas, conversando.
No es la primera vez que veo esto en estos dos últimos dos meses.
Volví y la señora que trabaja en casa (que aguanta conmigo porque no puedo aumentar su sueldo ya que aquí también, desde hace tres meses, falta un sueldo de los dos que teníamos) me contó otra situación.
Con su hija, entró en una panadería a comprar tres facturas para el viaje hasta el cole y el panadero le dijo: "¿no se ofende si le regalo bizcochos y pan? Ya no vendo lo que solía... y ni hablar de mi proyecto de expandirme haciendo empanadas y demás."
Ya a mediodía, me disponía a sentarme a la mesa a compartir el almuerzo con mis hijos, cuando sonó el timbre. Dos hermanos de 9 y 4 años pedían algo para comer…
No comí, no pude…
Marcela Pasore-17 de abril, 2016

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