" Cuando uno sabe a dónde va nada puede interponerse entre su visión y su acción "



miércoles, 25 de agosto de 2010

Marcela escribe (día 2



El ritmo es de vértigo y no se me hace fácil escribir “corriendo”. Estoy mandando lo que podría llamarse “Impresiones de una impresionada”. No me da el tiempo para más. A mi regreso tendrán, todos, un informe detallado de lo que está siendo la experiencia más importante de mi vida, desde que decidí embarcarme en este tema.

Ayer, martes, mi descaso ya fue casi normal. Siempre rapidito, tomé un suculento desayuno (antes aprendí a manejar la máquina de hacer “waffles”), me trepé a la camioneta que nos esperaba y… ¡a estudiar!
Había unos animadores muy bien preparados que nos hicieron hacer un juego muy ingenioso para que todas recordemos cada nombre.
No faltaron el café ni las “cokies”.

Ya llegados a destino, el primer tema a tratar fue: "negocios exitosos, el dinero y el poder". Tuvimos una conferencia, por skype, con una señora que, teniendo mucho dinero, se cansó de su trabajo habitual. Tomó, entonces, una carpa, una mochila y se fue a conocer las comunidades pobres en un recorrido que duró un año.
Contó sus sensaciones al descubrir a mujeres que llevan adelante sus hogares produciendo y vendiendo artesanías, por ejemplo.
También habló de otro grupo, más joven, que no tenía ni casas ni trabajo. Se organizaron, hicieron sus artesanías y la señora compró la primera producción a seis mujeres. Fueron treinta piezas. Al ver el dinero en sus manos, supieron que es posible: hoy 2000 mujeres son parte de una cooperativa que, además de subsistencia les ha dado dignidad y crecimiento de la autoestima, cosas invalorables. Ya piensan en invertir en servicios.
Las mujeres, casi naturalmente, son buenas administradoras. Con dinero y con la consideración de sí mismas crecida por los resultados,
empezaron a ocuparse de la atención de la salud. Desaparecieron las muertes post parto y los niños menores de seis meses ya no fueron víctimas fatales de enfermedades desconocidas que aparecían luego de los nacimientos.
La violencia ejercida por los maridos disminuyó y hasta se mostraron colaboradores en las tareas domésticas.
El gran protagonista de estos logros fue el dinero que las mujeres llevaron a sus casas. El que consigue la plata para mantener a la familia, es respetado. Antes, esto le correspondía al hombre solamente. De ahí su poder y su abuso del mismo.

¡Escuché un debate acerca de la conveniencia de mantener y recuperar
viejos usos y costumbres o no hacerlo!
Hubo opiniones tan increíbles que llevan a pensar en el disparate de dejar de reproducirnos…


Mi compañera Carmen, de México, hizo un relato conmovedor. Enseña lectura, promueve los libros y las bibliotecas a hijos de mujeres víctimas de la violencia y a hijos de ejecutados. Está triste porque le avisaron que uno de sus alumnos fue secuestrado hace tres días. Llora mucho, Carmen.

Pasó el martes con una cantidad de cosas que no les cuento. Quedé agotada por el estudio y el trabajo… y de tanto ver cosas que no quería ver.

Me despido, por hoy, con esto que escuché, que excede la palabra conmoción, por lo inimaginable de la situación que describe:

“HAY QUE ATRAVESAR DOS MONTAÑAS: LA DE LA POBREZA
Y LA DE LA AFLUENCIA (LA DE LA GENTE QUE TIENE Y LE CUESTA DAR)”
Los quiero mucho a todos.

Marcela, 25/8/10

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