“¿Cómo va a ser una funcionaria famosa si vive en la cuadra de mi casa?”

Marcela se fue de viaje. Será la única argentina que, designada por la Cancillería, estará en “Mujeres Transformadas: De la pobreza al poder”, organizado por el Instituto de las Américas, desde el 23 hasta el 27 de agosto en La Jolla, California.
Esto impresiona al que la ve a diario, la saluda, recibe su afecto y todas esas cosas que pasan sin que uno se dé cuenta.
Es casi de fantasía para toda esa gente que recurre a ella en el Consejo, la sigue, la escucha y vuelve, agradecida.
Es un éxito sentido como propio, para los que la han elegido como guía de un proyecto que apunta sólo al mejoramiento de sus vidas.
Es estupendo para ella, para su propia realización y crecimiento como persona, funcionaria y dirigente política.
Es, finalmente, el premio para una mujer que hace callada y que, sin embargo, trasciende en lo doméstico con vecinos, amigos y compañeros y, se ve, en el juicio de quienes tienen la autoridad intelectual para decidir quién nos represente en semejante acontecimiento.
Y… sí… Es orgullo para todos, pero para los que la tenemos ahí, “en la cuadra de mi casa”, un poco más.