" Cuando uno sabe a dónde va nada puede interponerse entre su visión y su acción "



viernes, 18 de febrero de 2011

Una de cal....Una de arena.....

Ayer asistí al traslado de la  señora con sus 9 hijos. Basta de violencia!!!
Sentí emoción, tristeza, y tuve la sensación de la tarea cumplida.
A las 8 de la mañana, sólo la combi estaba en la puerta de la casa de Berta. En ese momento, algo que llamo INTUICIÓN me hizo saltar de la cama.
De ojotas y shorts, me subí al auto y fui para allá. Algo me decía que…
¡Nada! Sin movimientos. Nadie de los que debían estar. Ni la policía.
Salí del auto y toqué a la puerta: caos total.
“Manos a la obra”, me dije. Até colchones, llené bolsas, vestí niños. Me vi temblar.
—Son las 8 y cuarto y el micro no espera a nadie, sale sí o sí a las 9 y desde la otra punta de la ciudad— Les dije.
La mamá, como para ganar tiempo, mandó hijos y bultos en camioneta. “Yo termino y me tomo un remisse”, ordenó.
—Yo me quedo con vos— Dijo el varón…
— ¡Apúrense!— Otra vez, yo.
Finalmente, el auto rojo llegó a 8 y 47 cargado de desorden. Bolsos, paquetes, colgaban de todos los brazos.
Allí esperaban Elena, Gaby y sus nervios, junto a los primeros enviados de la familia.
Ceci, al teléfono, logró lo imposible: demoró la partida del Chevallier.
 
“Creo que están en viaje”, me tranquilicé un poco.
Corrí a bañarme y producirme de Señora Directora.
Me esperaba el reparto de las entradas para el Estadio…

No hay comentarios: