" Cuando uno sabe a dónde va nada puede interponerse entre su visión y su acción "



lunes, 15 de noviembre de 2010

Milagro no es un milagro

Pocas personas deben haber visto sonreír a ese rostro que parece hecho, a propósito, para la rebeldía. Quizás nunca tuvo motivos, esa jujeña de San Salvador que tiene 39 años que podrían ser cien… o mil
En la historia de Milagro Sala no ha habido caricias desde el día en que nació.Sólo la pobreza y el sufrimiento abundan en su pasado.
Esta “piquetera ultra K” (así le gusta llamarla a Clarín) fue, desde niña, lustrabotas, drogadicta y ladrona. Hoy agradece a las prostitutas del barrio rojo de Jujuy el haberla sacado. “Ellas me salvaron, me dijeron que había otros caminos”.
“Una vez me metieron en la cárcel injustamente ocho meses, por ser pobre, porque no tenía quién me defienda. Y cuando estaba en la cárcel me puse a pensar que así como el poder era injusto conmigo, con cuántos chicos humildes también era injusto. La Justicia es justa con los que tienen plata y con los que no tienen no. Entonces me juré ahí en la cárcel que el día que saliera iba a luchar para que no hubiera más injusticia. Hoy, en la delegación de Jujuy son casi todos jóvenes, con algunas mamás. Los jóvenes son los que están poniendo el pecho y aprendiendo. Si en algún momento robaban, se drogaban o dejaban de estudiar, estos jóvenes están cambiando”.
Milagro Amalia Ángela Sala, “la compañera Mila”, no ha hecho más que trabajar por los demás. Gestiona y construye casas y escuelas con sus manos y las de sus compañeros, todas juntas.
Les enseña a los niños cuál es el bien y cuál el mal, a la luz de su experiencia. Les dice qué es la dignidad y cómo se consigue.
Ingresó a la CTA con la solidaridad y la justicia como banderas del Movimiento Tupac Amaru y explicó: “hay que poner en contexto a la quemadura de gomas de los piquetes. No es una arbitrariedad. Es una desesperada forma de dialogar”.
No debe saber llorar, Milagro. Se murió “Néstor, el único al que le pude creer” y no se vieron lágrimas en esa cara hecha a golpes. O, a lo mejor, “se le secaron los ojos”.

Marcela Pastore, 15/11/2010

No hay comentarios: