
Hubo 400 delegadas,
de los 5 Continentes, que se reunieron para forjar entendimientos y criterios
comunes para, luego desarrollar las estrategias.
Es bien reciente, el
acontecimiento. No ha habido mejoras visiblemente alentadoras. Por el
contrario, parecería que consumir seres humanos es una práctica creciente,
socialmente aceptada, donde la preocupación no es la situación de las víctimas,
sino que estas no ocupen los espacios reservados a las personas “normales”.
La mujer traficada
es una víctima múltiple: lo es de los traficantes, de los clientes, de sus
circunstancias y de la invisibilidad y exclusión a que la somete la sociedad.
Es preciso
multiplicar la agudeza del ingenio. Es necesario redoblar los esfuerzos.
Hacen falta más decisiones políticas, para que la efeméride no transcurra, año
tras año, como una mera recordación de una institución esperanzadora. Quienes
establecieron la fecha pensaron en otra cosa.
M. Pastore, 23/9/14
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