Hace tiempo me propuse llevar a donde sea posible lo que fui incorporando en años de trabajo, de aprendizaje, de militancia en temas de violencia de género.
Desde entonces, busqué lugares en La Plata, en esta Provincia, en otras y en el exterior. Acepté invitaciones y fui anfitriona en las organizaciones que represento.
Pienso seguir en este camino. Nunca es suficiente. Siempre hay alguien que espera información, que se pregunta cosas, que espera respuestas.
Este fin de semana que termina, ATSA, el sindicato de los trabajadores de la Sanidad de La Plata, me ofreció un espacio en su Congreso anual, en La Falda, Córdoba. Agradecí y acepté la gentileza.
Me esperaba una organización impecable y una asistencia de mujeres y varones afiliados que escuchó con interés y respeto. Que se conmocionó con la crudeza del informe pero que comprendió que, conociendo la realidad sin velos, algo puede hacerse. Mucho,puede hacerse, todavía.
Terminado el evento,entre mates y caminatas por las sierras, en la informalidad de la charla con afiliadas y afiliados del sindicato, volví a confirmar la importancia de la difusión de los problemas sociales como estos, sin moderaciones. Es como ver despertar al compromiso en las caras. Es tener la sensación de que alguien se ha sumado.
Los 800 Km del regreso sirvieron para pensar, para procesar lo ocurrido.Compartir reflexiones , anécdotas y proyectos con mis compañeros de viaje, Isa y Marcelo.
Ya estoy en casa, lista para seguir.
No puedo cerrar estas líneas sin agradecer a ATSA. Sin expresar mi especial reconocimiento a Pedro Borggini a Carlos West Ocampo, a Adrina Jones a Rosana y a Eduardo. Me hicieron sentir “en casa”. Gracias.
Marcela Pastore, 22 de junio de 2014
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