" Cuando uno sabe a dónde va nada puede interponerse entre su visión y su acción "



martes, 3 de julio de 2012

Cumplo 50


No se me ocurrió hacer el clásico balance.
Hace días que pienso en un montón de cosas referidas a mi cumple nº 50, pero ninguna en busca de los resultados parciales que, parecería, una debe ver al llegar a semejante cantidad de años.

Se me cruzan otras cosas. Voy a mi infancia. Revivo a mis padres…
Valoro la seriedad con que me mandaron a la escuela, inculcándome que era mi obligación hacerlo. Que sin esfuerzo, difícilmente pudiera llegar a nada.
Y el reconocimiento continúa, porque aún cuando dependieron de mí las decisiones, la semilla que plantaron siguió viva.

Y ahí van, entrelazándose mis pensamientos, unos dando lugar a otros.

Es cierto, fui al colegio. Fui a un colegio que existía, organizado. Fui de guardapolvo blanco y me esperaban compañeras y maestras. Y horarios de clases y recreos. Y un calendario de vacunas y excursiones.
Y terminé mi primaria. Y pasé a la secundaria y a la universidad donde, a escalas diferentes, todo fue parecido. Fueron lugares sin sorpresas, previsibles. Fui, cumplí, salí. Pero todas estas estructuras cumplieron conmigo.

Quiero decir que el sacrificio de mis padres que entendieron de sus obligaciones, que el mío propio, que hasta mi vocación, de poco habrían servido de no estar en un país organizado y con una gran institución familiar establecida, a pesar de todo.

Qué cosas tan raras para decir en el día en que se cumplen 50 años, ¿no?
Será que se nota más por la impresionante cantidad que se me han acumulado pero, en realidad, nunca fui de aceptar las cosas como vienen. Siempre pregunté: por qué, cómo, de qué modo.
Debe ser por eso.

Y en medio de tanto tráfico de reflexiones aparecen, también, imágenes borrosas que el tiempo fue aclarando, como las marchas que veía por “la noche de los lápices”, o la partida hacia la guerra de seres entrañables.

Creo que todo lo vivido y de la manera que se ha hecho conducen a la formación de las personas.
En mí la idea de lo posible está arraigada, porque no tuve mayores inconvenientes, como dije.
Pero también sé lo que han sido la barbarie y desatino.
Quiero que Argentina funcione para todos, que sea sencillo caminar por ella, y que cada cual vaya por donde quiera y conociendo todo.
Por todo eso hoy, con 50 años, los sigo invitando a que se animen a “cruzar el puente”…

No quería soplar las velitas, nada más. Quería valorar algunas cosas, responderme a mis propias preguntas. Y lo hice.

Ah… Los estoy cumpliendo muy feliz.  

Marcela Pastore, 3 de julio de 2012

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