Argumentos

No hay dudas de que tenemos argumentos como para creer en la victoria en las elecciones que se vienen. No es fácil tener presentes todos los logros de nuestros gobiernos desde 2003 hasta hoy.
Sólo pensar en tantos años de llevar el mismo rumbo, impresiona. Nunca había pasado en el último medio siglo.
Es imposible, entonces, recordar todas las conquistas, todos los avances.

Yo tengo “a mano” tres o cuatro cosas que me impactaron particularmente y que son mis argumentos “de batalla” en estos días.

La Asignación Universal por Hijo ha sido una determinación extraordinaria. Esto no es un mero subsidio económico. El dinero que las familias reciben por cada uno de sus hijos, ha desatado una cadena de efectos bien visibles. No sólo queda asegurado el alimento digno. La AUH tuvo, como consecuencia inmediata, el aumento de la matrícula escolar que, a su vez, garantiza control y seguimiento sanitario para cada niño por el solo hecho de asistir a clase.
Alimentación, educación y salud, tres elementos indispensables a la hora de pensar en el desarrollo de un pueblo.

En 2003, el índice de desempleo en Argentina decía 23%. Hoy, ocho años después, marca 7%. Son números que muestran que hay 16 puntos de diferencia. Pero si se sabe que esas cifras llevan a otra que cuenta que se crearon 5.000.000 de nuevos puestos de trabajo, el dato deslumbra.
Y si se proyecta a la cantidad de gente que depende de los nuevos trabajadores, la cifra alucina, casi. Pero si, además, uno trata de imaginar el efecto multiplicador de bienestar que produce el trabajo, hay que esforzase para entender los resultados. Porque hay 5.000.000 (más sus familias) de nuevos consumidores en Argentina.
Y hay 5.000.000 de hombres y mujeres que se sienten dignos. Muchos por haber recuperado el estado, muchos otros por tenerlo por primera vez.

El haber recuperado para el Estado los fondos jubilatorios tiene el valor simbólico que significa que han vuelto al lugar debido. Pero quien tenga un jubilado cercano o quien lo sea, sabe que está disfrutando de algo sobre lo que ya no tenía esperanzas. Sabe que cobra puntualmente y que su paga se ajusta dos veces al año.

Les decía, yo ando con estas cosas a flor de memoria. Nadie ha tenido ni tiene semejantes argumentos para convencer sólo explicando, con la autoridad que dan los hechos.