" Cuando uno sabe a dónde va nada puede interponerse entre su visión y su acción "



jueves, 6 de octubre de 2011

8 de octubre


En este nuevo cumpleaños del General Perón, bien podría hablarse de lo estrictamente biográfico. Es muy rica su historia y muy justo reiterar los hechos distintivos de una vida como pocas. No sería ocioso, por apasionante, recordar ordenadamente cada acontecimiento de su existencia.

Sin embargo, es bueno decir algunas cosas que van más allá de su acción y su legado. O, mejor dicho, de lo que dio lugar a ellos. Consideraciones a una inteligencia que, sin dudas, fue superior.

Juan Domingo Perón fue el personaje más determinante de la historia argentina de siglo XX. Todo es antes y después de su paso.
Transcurrida ya una década de la nueva centuria y todavía con la fuerte inercia de su influencia, estas son verdades que no se atreven a negar ni quienes se consideran sus peores adversarios.

Perón fue un pensador de la realidad que observaba. Un definidor sin igual de lo que veía.
Justicia social (por ejemplo) es, hoy, un concepto. Todos lo usan, nadie discute su significado. Se sabe, no se analiza. Pero la justeza de la definición es el producto de ver la realidad y de pensarla.

Era un visionario que hace sesenta años hablaba de este regionalismo que hoy vemos, incipiente. Lo llamó, más ambicioso, Continentalismo. Vio, imaginó, una América Latina sin fronteras.

Fue un estratega, un estadista comparable a los más grandes del mundo, sin considerar las épocas.

Fue, en fin, un grande.
Un gigante que marcó a los argentinos y que lo sigue haciendo, a través de una vigencia que sorprende.

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