" Cuando uno sabe a dónde va nada puede interponerse entre su visión y su acción "



jueves, 25 de septiembre de 2008

Derechos politicos...............


Las mujeres hemos sido históricamente narradas, leídas y designadas por las instituciones, no teníamos el poder de pronunciarnos a nosotras mismas. Nuestros derechos sociales han sido desde entonces objeto de reclamo y reivindicación. Sin embargo como mujeres gestoras constructoras de la vida pública y de objetivos que nos transcienden, vivimos una época de oportunidad. Después de los logros obtenidos por nuestras antecesoras en este camino, es necesario buscar las formas legales y culturales para desnaturalizar los estereotipos y proponer modelos renovados en el diálogo por una sociedad más equitativa, solidaria y con plena justicia social. Si el género es la construcción cultural de la diferencia sexual, debemos trabajar hombres y mujeres para que la diferencia no se transforme en desigualdad. No basta con crear las leyes o hablar de Mujer, es necesario trabajarlo desde el tejido social para garantizar y para hacer ver a las que tienen menos posibilidades económicas y educativas que tienen derecho a participar a una vida libre de violencia, a desarrollar su profesión y a vivir con dignidad todas las etapas de la vida. Creemos que es incumbencia del Estado incorporar la temática de género de manera transversal a todas los espacios de competencia pública y privada. Desde la salud, la educación, la justicia, la legislación laboral, se debe trabajar en un activo proceso de ruptura con el concepto abstracto de la mujer para pasar a hablar de las mujeres.No existe la mujer como sujeto único con características comunes y definibles, las mujeres somos muchas y con distintas capacidades y miradas del mundo: Lo que sí tenemos en común es que permanecemos a pesar de nuestro enorme esfuerzo y trabajo en una segunda plana de decisión. En nuestra América Latina somos las más empobrecidas y las que peor condiciones de salud gozamos, encabezamos el ranking de violencia doméstica y nuestro cuerpo sigue siendo ofertado como mercancía. Frente a esta situación es necesario preguntarnos cómo construir políticas públicas que puedan trabajarse desde el entramado de la cultura. Esto significa también, hacer comprender que abordar la perspectiva de género no es hablar a favor de las mujeres en competencia compensatoria con el varón, que tampoco puede ser nombrado como categoría única. No es eso, jamás lo fue. Trabajar el enfoque de género es comprender, defender y difundir que lo que hacemos y las posibilidades de hacer en la vida pública o privada no debe estar jamás condicionado por el sexo con el que nacimos.

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