Amanecí pensando en este Octubre que hoy empieza: habría cumplido años Perón, es el Día de la Lealtad, el de la Diversidad Cultural (que tan felizmente reemplaza al “de la raza”) y el de la Madre que, para mitigar dolores inexpli
cables pasó a ser de la Familia.
Fui atando los conceptos en una caprichosa relación que fue llevándome, por supuesto, a donde yo quiero.
Arranqué con “lealtad” y su inmenso significado. Nadie es más preciado que una persona leal. A sí mismo, a sus convicciones y a los otros.
Lo que despierta la lealtad, cuando es advertida, es difícil de ser comparada con otras virtudes de los hombres. Lleva consigo a la confianza, no especula, cree sin más, no pide a cambio.
Pensé que medio país dio su espontanea lealtad a un solo hombre, aquel 17 de octubre.
Até esto a que, entonces, bien puede esperarse que cada familia, en su seno, incorpore el valor de la lealtad. Nada, como institución, es más gravitante que la familia en la formación del individuo.
Esto, proyectado, daría un resultado colectivo formidable.
Y arribé a Perón. A su concepción 50 o 60 años adelantada: “llegará el Continentalismo”.
Porque las ideas de diversidad, derechos, igualdad e inclusión que hoy maneja con tanta naturalidad toda la América Latina, son Continentalismo.
Me imagino a esta parábola en la que trato de unir lealtad con familia y con la visión precursora de Perón, como un camino obligado a recorrer, si se pretenden incorporar preceptos duraderos, imborrables.
Mes importante, octubre. Al menos para dar rienda suelta a los pensamientos que me produce todo lo que pasa en su transcurso.
Marcela Pastore, 1º de octubre de 2012
Fui atando los conceptos en una caprichosa relación que fue llevándome, por supuesto, a donde yo quiero.
Arranqué con “lealtad” y su inmenso significado. Nadie es más preciado que una persona leal. A sí mismo, a sus convicciones y a los otros.
Lo que despierta la lealtad, cuando es advertida, es difícil de ser comparada con otras virtudes de los hombres. Lleva consigo a la confianza, no especula, cree sin más, no pide a cambio.
Pensé que medio país dio su espontanea lealtad a un solo hombre, aquel 17 de octubre.
Até esto a que, entonces, bien puede esperarse que cada familia, en su seno, incorpore el valor de la lealtad. Nada, como institución, es más gravitante que la familia en la formación del individuo.
Esto, proyectado, daría un resultado colectivo formidable.
Y arribé a Perón. A su concepción 50 o 60 años adelantada: “llegará el Continentalismo”.
Porque las ideas de diversidad, derechos, igualdad e inclusión que hoy maneja con tanta naturalidad toda la América Latina, son Continentalismo.
Me imagino a esta parábola en la que trato de unir lealtad con familia y con la visión precursora de Perón, como un camino obligado a recorrer, si se pretenden incorporar preceptos duraderos, imborrables.
Mes importante, octubre. Al menos para dar rienda suelta a los pensamientos que me produce todo lo que pasa en su transcurso.
Marcela Pastore, 1º de octubre de 2012
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